¿Tienes el algoritmo más avanzado del planeta tierra?
¿Estás tecnológicamente como a una década por delante del 99% de tus competidores?
¿Tienes en tu empresa más de 100 mil profesionales en roles tecnológicos, y más de 35.000 ingenieros de software en plantilla, algunos de los más demandados del mundo, con sueldos medio de 10 mil dólares al mes según Glassdoor?
¿Invertiste 237 mil millones de dólares en tecnología y contenido, en los últimos 5 años? Algo así como 13 veces la facturación anual de El corte inglés. Algo así como, mucho más de lo que movió el turismo en España en 2022. Algo así como mucho más que la suma de todo lo que ha invertido en I+D por España en una década.
¿Tienes 30 mil patentes en todo el mundo, de las cuales 27 mil están activas, y la mayoría están cartografiando el futuro tecnológico del retail?
¿Eres capaz de hacer más de 2.5 millones de cambios de precios al día?
¿Tienes cerca de 30 mil millones de visitas al año a tus páginas web? ¿30.000 millones de microinformaciones de las tendencias de consumo en tiempo real?
¿Estás cerca de entregar 10 mil millones de paquetes a cientos de millones de hogares en el mundo? (Posdata: ¿estás cerca de saber mucho, mucho, mucho de cientos de millones de hogares en el mundo?
Continuamente oigo que hay que ponerse los guantes de boxeo y luchar contra Amazon siendo Amazon. Muchas veces imitan tanto a Amazon, que descuidan y olvidan sus valores y sus atributos propios.
Luchar contra Amazon disfrazandote de Amazon es el absurdo estratégico más absurdo de la historia del retail. Es venirte arriba, hacer un equipo de futbol de solteros y casados y retar al Real Madrid en el Bernabéu. Y lo peor es que hay empresas, retailers, que creen que pueden combatir a Amazon en su terreno.
Lo creen de verdad, por increible que esto parezca.
Para luchar contra Amazon hay que hacerlo, sobre todo, justo donde ellos, o bien no están, o bien no son tan poderosos a los ojos de los consumidores: en la combinación del mundo físico (tiendas) + mundo digital, la atención humana y los valores vernáculos, los valores locales y comunitarios.
La mejor estrategia para competir contra Amazon, es precisamente “ser- NO-Amazon”. Ser radicalmente otra cosa a los ojos de los consumidores.
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