A finales de los 90, en pleno boom.com, la mayoría de las consultoras y analistas apostaban porque internet significaría la muerte de los intermediarios. Es decir de los retailers. Al final las marcas usarían internet para llegar directamente a los consumidores y no tenía sentido el papel de los distribuidores intermerdiarios. O bien usarían marketplaces digitales. Era el fin seguro de los retailers. Gracias por los servicios prestados, pero no os necesitamos más.
Nos hablaron (los mismos que nos hablan hoy del Retail apocalipse), del comienzo de la era de la desintermediación. Se olvidaron de un detalle, como hoy se olvidan. Se olvidaron de 5 mil millones de años de intermerdiarios. Se olvidaron de que todas nuestras metrópolis se crearon en torno a los intermediarios. Se olvidaron que todos las culturas y pueblos se conectaros por rutas de intermediarios. Se olvidaron que todas las culturas fueron patrocinadas por los intermediarios. Muchos consultores y analistas se olvidaron de 5 mil millones de años.
Más tarde, un tal Jeffrey Preston Bezos dice: » si tenemos 4.5 millones de clientes, no deberíamos tener una tienda. Deberíamos tener 4.5 millones de tiendas”. Nos está hablando de que habrá una tienda para ti solo en internet.
Ibamos hacia un retail de marketplaces y de D2C (direct to consumer). El B2C iba a morir.
Internet acabaría con los intermediarios, y por supuesto con las tiendas . En el nuevo escenario, las tiendas sería simplemente salas de exposición que no aportaban mucho más. Internet acabará con la importancia de la ubicación. Cualquier persona, en cualquier momento, puede convertirse en un minorista global desde una página web.
Una tienda es soportar atascos, lluvias, precios excesivos. Eso se iba a acabar. Y si los lobbies de retailers presionaban era un viaje sin retorno: los consumidores se unirán para comprar autos como flota a precios de flota. Se organizarán para comprar Barbies directamente de Mattel, dicen las publicaciones de la época.
A finales de los 90, revistas como la prestigiosa Wired escribe: “La próxima vez que salga de un supermercado, simplemente eche un vistazo a su carrito de compras e imagine que los artículos llegan a su hogar uno por uno. …. Y en el mundo digital, puede encontrar una ventaja considerable en la compra de algunos de esos alimentos básicos directamente del fabricante. El problema es que nunca estás en casa. Más importante aún, es menos probable que esté en casa cuando es más probable que se entreguen los paquetes, es decir, durante el día. Entre otras cosas, tenemos que repensar el concepto de un buzón, originalmente concebido para las cartas, ellos mismos son una raza moribunda (aparte de las facturas). El buzón del mañana debe tener un potencial de refrigeración”.
Autor: Laureano Turienzo. Consultor & Analista retailers
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